Mantener licencia de Chevron y la recepción de migrantes no son las únicas cartas sobre la mesa
Después del encuentro hace unos días en Caracas entre Nicolás Maduro y el enviado especial de Donald Trump, Richard Grenell, han sido muchos los interrogantes que han surgido, especialmente, sobre cómo será la política del mandatario estadounidense hacia Venezuela.
De entrada, la oposición venezolana apostaba por una mano dura de Trump hacia Maduro, pero, de momento y tras la visita de Grenell, las cosas demostraron que no serán como en su primer mandato (2017-2021), cuando el magnate cercó severamente al régimen.
De hecho, el opositor Edmundo González, a quien la Casa Blanca reconoce como ganador de las pasadas elecciones del 28 de julio, no ha sido recibido por Trump.
Medios panameños aseguraron que durante la visita a Panamá del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, González logró un encuentro con el funcionario estadounidense, pero, de ser cierto, no hay detalles ni se hizo público.
Sin duda, la postura inicial de Washington ha impactado en la solidez de la oposición venezolana, puesto que, aunque digan que mantienen los contactos con la administración Trump, en la práctica, con quien Estados Unidos está interactuando públicamente es con Maduro.
“Tenemos un gran aliado”, aseguró la líder opositora María Corina Machado al referirse a Donald Trump en una reciente entrevista a Fox News.
“Estados Unidos y sobre todo el presidente Trump tienen clarísimo lo que Maduro representa. En primer lugar, Nicolás Maduro es el cabecilla del Tren de Aragua y el que ha patrocinado estas redes criminales”, insistió Machado en la entrevista que ofreció desde la clandestinidad en Venezuela tras la persecución del Gobierno venezolano.
Aunque Maduro no pudo demostrar su triunfo, a diferencia de González, quien se impuso con 7’443.584 de votos frente a 3’385.155 a favor de Maduro, el apretón de manos de este último con Grenell, permitió que Washington se llevara de vuelta a seis ciudadanos estadounidenses que estaban detenidos en Venezuela, al tiempo que le dio oxígeno a Caracas al mantener vigente su licencia petrolera con Chevron, la cual se renovará de forma automática los primeros de cada mes hasta abril, momento en el que EE. UU. decidirá si la empresa continúa operando en Venezuela.
Según un informe recogido por varios medios, el mes pasado, Chevron aumentó las exportaciones de petróleo venezolano a 294.000 barriles diarios, el máximo nivel desde que retomó operaciones a principios de 2023. Los envíos van directamente hacia Estados Unidos.
Estados Unidos y sobre todo el presidente Trump tienen clarísimo lo que Maduro representa. En primer lugar, Nicolás Maduro es el cabecilla del Tren de Aragua y el que ha patrocinado estas redes criminales.
maría corina machadoOpositora venezolana
Según fuentes consultadas por este diario, la representación de Chevron ha hecho un intenso lobby ante la administración Trump con el fin de evitar la suspensión de las licencias y poder seguir operando en Venezuela. Una decisión que beneficia a Caracas.
¿Trump también usará el ‘gran garrote’ contra Nicolás Maduro?
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Nicolás Maduro – Donald Trump. Foto:Federico Parra y Jim Watson. AFP
Pese a la cordialidad inicial con el régimen, Trump sigue sin reconocer a Maduro. No obstante, su actitud no se equipara a la que tuvo con el presidente de Colombia, Gustavo Petro, cuando se negó a aceptar aviones de deportación o incluso con la presión que ejerce sobre el panameño José Mulino para cortar lazos con China en el canal de Panamá.
Para Daniel Arias, politólogo venezolano, ha habido “cautela con Venezuela porque esta es una amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos” y se trata de una estrategia integral que también incluye a Cuba y Nicaragua.
Claramente, (Trump) está dispuesto a entablar negociaciones muy pragmáticas con Maduro.
El analista señala que, lo que pasó con Petro “fue una reacción inevitable debido a las imprudencias que él mismo cometió”, pero, que en el caso de Venezuela hay una concepción «bipartidista» del asunto.
Otros analistas señalan que, quizás, es “temprano” para sacar conclusiones y plantear que Trump está siendo más cauteloso con Maduro en este segundo mandato, al menos así lo cree Theodore Kahn, director de Control Risks, firma de consultoría estratégica y de riesgos.
“Claramente, (Trump) está dispuesto a entablar negociaciones muy pragmáticas con Maduro”, dice Kahn a EL TIEMPO.
Para el director de Control Risks, esto obedece a que hay un elemento clave -más allá del petróleo venezolano- y es el tema migratorio. «Trump está orientado a avanzar en el objetivo principal con respecto a Venezuela, que es el tema migratorio. No veo que sea cauteloso con relación al régimen, sino que tiene otras prioridades para este en este periodo», explica Kahn.
Esto concuerda con lo ocurrido este 10 de febrero, cuando 190 deportados venezolanos llegaron a su país provenientes de EE.UU. Lo hicieron en dos aviones de la aerolínea estatal Conviasa, sancionada por el Departamento del Tesoro estadounidense.
Pero lo interesante es que esta aerolínea sancionada se convierta en la primera de bandera venezolana en pisar suelo estadounidense desde 2019 , cuando ambos países rompieron relaciones.
«Los aviones están», dijo el ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, al ser consultado por este diario sobre cuándo llegarían más vuelos. «Depende de ellos (EE.UU)», insistió.
¿Cuáles son los intereses del Trump 2.0?
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Donald Trump insiste en querer reducir la influencia de China en América. Foto:EFE- archivo
En ese sentido, el experto destaca que el Trump de ahora es «muy diferente al de hace 8 años cuando asumió por primera vez, y los temores y preocupaciones por la presencia de miembros del Tren de Aragua en Estados Unidos hace que el tema migratorio sea muy relevante para él en este periodo”, destaca.
El analista reconoce, a su vez, que la imagen Maduro-Grenell es muy positiva para el chavismo frente a los venezolanos.
“Maduro, claramente, tiene la expectativa de que Trump vaya a mantener esas asistencias de las que depende tanto (licencias petroleras), lo que habrá que ver es si eso puede hacer que Trump vaya a Caracas y negocie. No lo veo, de momento”, detalla Kahn.
Para Arias, Maduro -en especial, tras el episodio con Colombia- entiende “el tamaño de la amenaza” que representa este nuevo periodo Trump y, por eso, hasta ha bajado el tono confrontativo que solía mantener con el líder republicano en el pasado.
Sin embargo, los expertos advierten que no hay que olvidar el factor Marco Rubio.
“No debemos pensar que Rubio va a dejar pasar la oportunidad de recuperar su isla de Cuba y de salir del gobierno de Maduro, ya que para él es prácticamente un compromiso personal”, dice Arias a este diario.
El politólogo, además, destacó que EE. UU. busca sacar a Irán, Rusia y China de la ecuación geopolítica del hemisferio occidental, pero que esto es imposible “si no salen del gobierno de Maduro que es la base de operaciones el Cuartel General de Rusia, China e Irán en América Latina”.
ANA MARÍA RODRÍGUEZ BRAZÓN – CORRESPONSAL EL TIEMPO – CARACAS
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