Tras tres semanas de bloqueo, X, antes llamada Twitter, cedió el viernes a las exigencias del tribunal, que investiga el papel de la plataforma en la propagación de noticias falsas.
La decisión fue una acción inesperada de Musk, quien posee y controla X, luego de que dijera haberse negado a obedecer lo que calificó de órdenes ilegales para censurar voces en su red social. Musk había despedido a empleados locales y se había negado a pagar multas. El tribunal respondió bloqueando X en todo Brasil el mes pasado.
Además, solicitó al Gobierno y al Banco Central que informen en 48 horas sobre la situación catastral de la plataforma, mientras el Supremo evalúa cuál es el total de las multas pendientes por pagar.
Ahora, los abogados de X han dicho que la empresa ha hecho exactamente lo que Musk había prometido no hacer: suspender las cuentas que un juez brasileño ordenó retirar porque dijo que amenazaban la democracia de Brasil. Los abogados dijeron que X también había cumplido las demás exigencias de la justicia, incluido el pago de multas y el nombramiento de un nuevo representante oficial en el país
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