Entre el 6 y el 8 de mayo, podría registrarse una erupción volcánica con comportamientos poco habituales, según advierten expertos. En los últimos días, se han detectado señales de actividad intensa que encendieron las alertas, por tratarse de un patrón que no se observaba desde hace casi cuatro décadas.
El volcán Kilauea, situado en la Isla Grande de Hawái, es conocido por el riesgo que representa para las comunidades cercanas. El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por su sigla en inglés) lo considera el más peligroso del país.
El Observatorio de Volcanes de Hawái (HVO, por su sigla en inglés) advirtió que la emisión de gases como el dióxido de azufre podría intensificarse en las próximas horas. Este tipo de actividad puede afectar la calidad del aire y generar molestias respiratorias, especialmente en personas con condiciones preexistentes.
¿Qué medidas están previstas para la próxima erupción volcánica?
Los científicos prevén que un nuevo episodio eruptivo comience entre el martes 6 y el jueves 8 de mayo, según los últimos registros de actividad en la zona del Kilauea.
Esta estimación surge del comportamiento observado en los últimos días, que incluye secuencias de deflación seguidas por una rápida inflación en la cumbre del volcán, un patrón que indica la recarga de magma y una posible nueva liberación de energía.
Hasta la actualidad, hubo 19 episodios, con surtidores de lava que emergen de dos respiraderos principales, uno al norte y otro al sur. Algunos duraron solo unas horas y otros más de una semana, por lo que las autoridades siguen atentos a cualquier variación.
Las zonas afectadas dentro del Parque Nacional de los Volcanes de Hawái están cerradas al público. Se mantienen controles activos para proteger tanto a residentes como a turistas en caso de una erupción más intensa.
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