El Juego de La Chinita es más que un simple evento deportivo; es una celebración que honra la rica historia y la devoción de los zulianos hacia la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, conocida cariñosamente como La Chinita. Esta tradición se remonta al 18 de noviembre de 1709, cuando una lavandera descubrió la imagen de la Virgen en una tablita en el Lago de Maracaibo.

Desde entonces, cada 18 de noviembre, el pueblo zuliano conmemora su aparición, tejiendo una historia que ha perdurado a lo largo de tres siglos. Este evento no solo une a los zulianos, sino que también rinde homenaje a la tierra de Trujillo, donde muchos zulianos encuentran sus raíces. Se debe destacar que la relación entre trujillanos y zulianos ha sido forjada a través de la historia y el deporte. Esta hermandad se refleja en innumerables relatos de atletas que, provenientes del Zulia, han dejado su huella en tierras trujillanas.

La institucionalización del Juego de La Chinita

A pesar de que la feria de La Chinita comenzó a celebrarse en 1965, la tradición del béisbol en esta fecha se remonta a 1933, cuando el entonces presidente del estado Zulia, Vicencio Pérez Soto, decidió organizar un partido de béisbol en honor a la Virgen. En ese primer encuentro, el equipo Concordia de La Victoria se enfrentó al Pastora en el moderno estadio del Lago, ubicado en Maracaibo.

Este primer juego marcó el inicio de una rivalidad que se ha mantenido viva hasta nuestros días, convirtiéndose en un evento que atrae a aficionados de todas partes del país.

El surgimiento de las Águilas del Zulia

En 1969, las Águilas del Zulia hicieron su debut en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), convirtiéndose en el equipo responsable de continuar con esta tradición en el marco del Juego de La Chinita. Desde entonces, el Estadio Luis Aparicio “El Grande” se ha convertido en el epicentro de este evento, donde miles de aficionados se congregan cada 18 de noviembre para rendir homenaje a la Virgen y disfrutar del béisbol. Este encuentro no solo celebra el deporte, sino que también recuerda la profunda conexión entre los zulianos y su fe.