Han pasado 128 años desde que un nadador griego subió al podio olímpico. Si bien ha habido medallistas en aguas abiertas, el último medallista en piscina fue en 1896, en los primeros Juegos de la era olímpica moderna.

Este jueves el nadador griego Apostolos Christou ganó la medalla de plata en la final de 200 metros espalda masculina, con un tiempo de 1:54.82, estableciendo un nuevo récord nacional. Es menester señalar que quedó cuarto en los 100 metros espalda.

Esta es la segunda medalla de Grecia en los Juegos Olímpicos de París 2024 y la primera medalla olímpica del país en natación en piscina. El miércoles, el judoka Thodoris Tselidis obtuvo una medalla de bronce en la categoría de peso masculino de -90 kg, marcando la primera medalla de Grecia en los Juegos Olímpicos de París.

La carrera

Apostolos Christou, en el carril dos, se lanzó al frente de la carrera. Pasó los 50 metros en 26.39, 0.44 segundos por delante de Pieter Coetze, que iba segundo. Como especialista en los 100 metros espalda, no fue sorprendente verlo mantener el liderazgo hasta la mitad del recorrido (55.14).

🇭🇺 Hubert Kos won the men’s 200-meter backstroke, earning the country’s first gold medal in Paris. 🇬🇷 Apostolos Christou won silver🇨🇭 Roman Mityukov won bronze.

Here are the latest Olympics results: https://t.co/te540RSYhb pic.twitter.com/QKeh10TkBK

— The New York Times (@nytimes) August 1, 2024

Christou marcó un tiempo de 30,46 segundos en su último parcial, el más lento del grupo, pero había puesto tanta distancia entre él y el resto del grupo que no importó. Se quedó con la plata con un nuevo récord personal y griego de 1:54,82, su primer tiempo por debajo de 1:56 y una caída de 1,52 segundos.

La celebración

El peso del momento lo golpeó durante la ceremonia de la victoria. Ganó su primera medalla a nivel mundial en el Campeonato Mundial de 2024, al conseguir el bronce en los 100 metros espalda.

Pero eso no es nada comparado con el escenario olímpico y el rugido de los 17.000 espectadores en el estadio La Défense. La emoción era evidente en el rostro de Christou cuando aceptó su medalla de plata y selló el momento en la historia olímpica griega besándola.

Fuente: Meridiano.net