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¿Cómo la IA redefine la comunicación?

En apenas unos años, la inteligencia artificial (IA) ha pasado de ser una promesa futurista a convertirse en una presencia cotidiana. De hecho, el en los canales, los lenguajes y las expectativas de los consumidores.

 

 

 

Desde asistentes virtuales hasta algoritmos de recomendación, la IA ya forma parte de nuestras decisiones, nuestros hábitos de consumo y, cada vez más, de nuestra forma de comunicarnos. Pero, ¿cómo está viviendo el consumidor esta revolución? ¿Cómo está cambiando realmente la manera en que nos informamos, nos relacionamos y compramos?

 

La respuesta no es unívoca: el auge de la IA despierta emociones encontradas. El 57% de los españoles declara sentirse entusiasmado con su potencial, destacando beneficios como el ahorro de tiempo, el acceso a información útil y la automatización de tareas.

 

Sin embargo, un 43% muestra preocupación, especialmente por la pérdida de empleos, la erosión de la creatividad humana y, sobre todo, la proliferación de contenido falso. De hecho, 6 de cada 10 personas admiten estar preocupadas por la propagación de noticias falsas generadas por IA. Y un 44% no se siente cómodo con que sus datos personales se utilicen para entrenar algoritmos. Esto plantea un desafío urgente: construir una IA transparente, ética y comprensible para todos.

 

A pesar de estas barreras de adopción, la IA está comenzando a ocupar otros espacios más personales. Un 45% de los encuestados se muestra interesado en tener un “amigo virtual” con el que conversar o al que pedir consejo. Este dato refleja una apertura progresiva hacia nuevas formas de interacción mediadas por la tecnología, aunque no exentas de reticencias.

 

En paralelo, uno de los ámbitos más impactados por esta transformación es la búsqueda de información. Tradicionalmente, recurríamos a buscadores como Google para encontrar respuestas. Hoy, herramientas como ChatGPT o asistentes personales están asumiendo ese rol, con una diferencia clave: no devuelven una lista de enlaces, sino que ofrecen directamente la respuesta que buscamos.

 

Este modelo conversacional está ganando terreno rápidamente. El usuario valora la inmediatez, la personalización y el tono más humano de la interacción. Como resultado, las marcas se enfrentan a un nuevo reto: ya no basta con posicionarse bien en un buscador, ahora tienen que estar presentes (y bien representadas) en las respuestas generadas por la IA. Esto obliga a repensar estrategias de presencia digital y reputación.

 

Además, la IA supone una oportunidad inmensa para las marcas, pero también una gran responsabilidad. El estudio revela que los consumidores valoran especialmente que las marcas utilicen estas tecnologías de forma transparente y respetuosa. No se trata solo de usar IA para optimizar campañas o automatizar procesos, sino de hacerlo con sentido, propósito y empatía.

 

En este contexto, la inteligencia artificial no sustituye al talento humano, lo amplifica. Nos permite ir más allá de lo evidente, anticiparnos a las necesidades del consumidor y ofrecer experiencias relevantes en el momento justo. Pero también nos exige más: pensar de forma crítica, garantizar la veracidad de los contenidos y mantener la humanidad en el centro de la conversación.

 

Fuente: El País

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