La vitamina C o ácido ascórbico es un nutriente esencial para el cuerpo humano, crucial para la reparación de tejidos, la producción de neurotransmisores y el fortalecimiento del sistema inmunológico. Por ello, su deficiencia puede conducirnos a una serie de síntomas y condiciones médicas que pueden variar en gravedad dependiendo del nivel de carencia.
Amanda Osuna
El Manual MSD recoge los síntomas que alertan de que nuestro cuerpo está falto de vitamina C y que, por tanto, debemos aumentar su ingesta:
Fatiga y debilidad generalizada. Uno de los primeros síntomas de la falta de vitamina C es la sensación de fatiga y debilidad. Esto se debe a que la vitamina C es crucial para la síntesis de carnitina, una molécula esencial para la producción de energía en las células.
Problemas de piel. La deficiencia de vitamina C puede manifestarse a través de la piel. La piel puede volverse áspera, seca y escamosa, pues este nutriente es esencial para la producción de colágeno, una proteína vital para la salud y la elasticidad de la piel.
Moretones fáciles y hematomas. Las personas con niveles bajos de vitamina C pueden notar que se forman moretones con facilidad. Esto ocurre porque el colágeno, que fortalece los vasos sanguíneos, se ve afectado, lo que hace que los vasos sanguíneos sean más frágiles y propensos a romperse.
Sangrado de encías y problemas dentales. La deficiencia de vitamina C puede causar inflamación y sangrado de las encías, así como aflojamiento de los dientes debido a la disminución de la producción de colágeno, que es esencial para la salud de las encías y el tejido conectivo que sostiene los dientes.
Dolor en las articulaciones y hinchazón. La falta de vitamina C puede causar dolor en las articulaciones y hinchazón. Esto se debe a la degeneración del colágeno en los tejidos.
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