Según un análisis publicado por Men’s Health, el BFR está dejando de ser una práctica exclusiva de la rehabilitación médica para convertirse en una tendencia clave en la cultura del fitness, impulsada por dispositivos más accesibles y asequibles.
Esta técnica, que consiste en limitar el flujo sanguíneo hacia y desde los músculos mediante bandas o manguitos especializados, ha demostrado ser una herramienta eficaz para mejorar el crecimiento muscular, la fuerza y la recuperación.
El principio detrás del BFR es sencillo, pero poderoso: al restringir parcialmente el flujo sanguíneo, se crea un entorno de hipoxia en los músculos, lo que genera una acumulación de ácido láctico y otros metabolitos.
Este estado simula el esfuerzo extremo de una serie de ejercicios con cargas pesadas, pero utilizando pesos significativamente más ligeros.
Fuente Infobae
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