La estafa conocida como «Wangiri», que se traduce del japonés como «una sola llamada y cortar», ha cobrado fuerza en los últimos años. Este fraude internacional utiliza tácticas engañosas para atraer a las víctimas a devolver llamadas a números internacionales, resultando en tarifas elevadas.
La técnica detrás de la estafa Wangiri es simple, pero efectiva: los delincuentes realizan llamadas breves desde números desconocidos, generalmente con prefijos internacionales poco familiares para el destinatario.
La llamada se corta antes de que la persona pueda contestar, dejando un registro de «llamada perdida». Esto provoca curiosidad o preocupación en el usuario, quien puede sentirse impulsado a devolver la llamada sin saber que está contactando una línea con tarifas especiales.
Los prefijos más comunes asociados con esta estafa provienen de países como Albania (+355), Ghana (+233) y Marruecos (+212). Los estafadores utilizan sistemas automáticos que prolongan la conversación mediante mensajes pregrabados o manteniendo al usuario en espera, lo que incrementa aún más los costos.
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