Los plafones del techo de la discoteca que se derrumbó en Santo Domingo el pasado 8 de abril y causó la muerte a 232 personas «siempre» se caían e, incluso, el mismo día de la tragedia se cambiaron algunos de ellos, admitió este miércoles el propietario del centro, el empresario dominicano Antonio Espaillat.
Espaillat, quien ya se ha puesto a disposición del Ministerio Público, atribuyó el desprendimiento de los plafones «a diferentes razones», durante una entrevista con el programa de televisión El Día, en el canal local Telesistema.
Reconoció además que nunca se examinó el techo para constatar la situación real pese a las filtraciones, de acuerdo a su primera intervención pública tras la tragedia.
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