Antimonio ¿en el centro de la nueva geopolítica? Este metal, crucial para la fabricación de una amplia gama de productos, desde baterías hasta semiconductores, podría desencadenar una carrera global por asegurar su suministro.
Hace más de 100 años, un barco zarpó de un puerto de Nueva Escocia, Canadá, con un preciado cargamento que hoy pocos reconocerían como valioso. La tripulación, llena de optimismo, se dirigía a Gales con la esperanza de que el metal que transportaban les condujera a la riqueza. Por desgracia, nunca llegaron.
Un submarino alemán que merodeaba por las frías aguas del Atlántico disparó un torpedo y el barco se hundió en el fondo del océano junto con su misterioso cargamento.
En aquel momento, el metal parecía carecer de importancia, pero su verdadero valor no se conoció hasta más tarde. Hoy en día, ese mismo metal es fundamental para las aplicaciones militares e industriales modernas.
Ese metal, una vez olvidado en el fondo del mar, no es oro ni plata, sino antimonio (elemento químico con el símbolo del elemento Sb), un mineral que se ha convertido en una pieza clave tanto en los conflictos mundiales como en las industrias de alta tecnología.
Este naufragio puede sonar como un intrigante fragmento de historia, pero es mucho más que eso. Es un recordatorio de lo vital que ha sido y sigue siendo el antimonio para la seguridad y la estabilidad económica del mundo.
Ahora, gracias a la empresa Military Metals Corp. (CNSX:MILI.CN), se está volviendo a visitar aquella mina de Nueva Escocia que en su día produjo este valioso metal. Y no podría haber llegado en un momento más crucial-
Antimonio: El héroe anónimo de la guerra moderna
Puede que el antimonio no sea un nombre muy conocido, pero ha sido un material esencial en la guerra durante siglos. Tanto en la Primera como en la Segunda Guerra Mundial, el antimonio se utilizó en todo tipo de materiales, desde casquillos de bala hasta explosivos.
Hoy es más importante que nunca. Según el US Geological Survey, los fabricantes estadounidenses utilizan más de 50 millones de libras (22 millones de kilos) de antimonio al año. De acuerdo con una publicación de Josh Owens en Oilprice.com, el precio al contado del Antimonio es de unos 38.000 dólares.
Esto se debe a que el antimonio es un componente fundamental en la producción de semiconductores, baterías y paneles solares. Desde la electrónica hasta las energías renovables, el mundo moderno funciona con antimonio.
Vale agregar que durante décadas, países como Estados Unidos ha dependido de las importaciones de antimonio procedentes de China.
De hecho, China controla casi el 50% de la minería de antimonio y el 80% de la producción mundial de antimonio. Esto ha puesto a Estados Unidos en una situación delicada, sobre todo a medida que aumentan las tensiones con China.
En resumen, el antimonio es una de las materias primas más codiciadas del siglo XXI, ya que es crucial para la fabricación de una amplia gama de productos tecnológicos. Cualquier interrupción del suministro de este mineral clave podría tener efectos devastadores para la seguridad nacional.
Hace más de 100 años, un barco zarpó de un puerto de Nueva Escocia, Canadá, con un preciado cargamento que hoy pocos reconocerían como valioso. La tripulación, llena de optimismo, se dirigía a Gales con la esperanza de que el metal que transportaban les condujera a la riqueza. Por desgracia, nunca llegaron.
Un submarino alemán que merodeaba por las frías aguas del Atlántico disparó un torpedo y el barco se hundió en el fondo del océano junto con su misterioso cargamento.
En aquel momento, el metal parecía carecer de importancia, pero su verdadero valor no se conoció hasta más tarde. Hoy en día, ese mismo metal es fundamental para las aplicaciones militares e industriales modernas.
Ese metal, una vez olvidado en el fondo del mar, no es oro ni plata, sino antimonio (elemento químico con el símbolo del elemento Sb), un mineral que se ha convertido en una pieza clave tanto en los conflictos mundiales como en las industrias de alta tecnología.
Este naufragio puede sonar como un intrigante fragmento de historia, pero es mucho más que eso. Es un recordatorio de lo vital que ha sido y sigue siendo el antimonio para la seguridad y la estabilidad económica del mundo.
Ahora, gracias a la empresa Military Metals Corp. (CNSX:MILI.CN), se está volviendo a visitar aquella mina de Nueva Escocia que en su día produjo este valioso metal. Y no podría haber llegado en un momento más crucial-
Antimonio: El héroe anónimo de la guerra moderna
Puede que el antimonio no sea un nombre muy conocido, pero ha sido un material esencial en la guerra durante siglos. Tanto en la Primera como en la Segunda Guerra Mundial, el antimonio se utilizó en todo tipo de materiales, desde casquillos de bala hasta explosivos.
Hoy es más importante que nunca. Según el US Geological Survey, los fabricantes estadounidenses utilizan más de 50 millones de libras (22 millones de kilos) de antimonio al año. De acuerdo con una publicación de Josh Owens en Oilprice.com, el precio al contado del Antimonio es de unos 38.000 dólares.
Esto se debe a que el antimonio es un componente fundamental en la producción de semiconductores, baterías y paneles solares. Desde la electrónica hasta las energías renovables, el mundo moderno funciona con antimonio.
Vale agregar que durante décadas, países como Estados Unidos ha dependido de las importaciones de antimonio procedentes de China.
De hecho, China controla casi el 50% de la minería de antimonio y el 80% de la producción mundial de antimonio. Esto ha puesto a Estados Unidos en una situación delicada, sobre todo a medida que aumentan las tensiones con China.
En resumen, el antimonio es una de las materias primas más codiciadas del siglo XXI, ya que es crucial para la fabricación de una amplia gama de productos tecnológicos. Cualquier interrupción del suministro de este mineral clave podría tener efectos devastadores para la seguridad nacional.
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