El Papa apareció este Domingo de Resurrección en el balcón central de la Basílica de San Pedro para impartir la esperada bendición Urbi et Orbi, que marca el Domingo de Pascua, la fiesta más importante del calendario cristiano, y que conmemora la muerte de Cristo y su posterior resurrección.
La multitud congregada en la Plaza de San Pedro esperaba ansiosa su presencia, que no había sido confirmada. A pesar de su delicado estado de salud, el sumo pontífice no ha faltado a su cita y la ovación ha sido ensordecedora cuando se ha asomado al balcón, sentado en su silla de ruedas.
Entre aplausos y vítores de «Viva el Papa», los fieles agradecieron el esfuerzo del santo padre, aún convaleciente de la neumonía bilateral que le ha mantenido ingresado durante un mes y medio en el hospital romano Gemelli.
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