Frank Fritz, una de las caras más conocidas del popular programa de telerrealidad Cazadores de tesoros (American Pickers), falleció el pasado lunes en un centro de cuidados paliativos en Davenport, Iowa, a los 60 años.
Frank, quien compartía la conducción del programa con su colega y amigo Mike Wolfe, recorrió durante más de una década las carreteras estadounidenses en busca de antigüedades y objetos de colección que compraban y revendían, una aventura que se ganó la simpatía de miles de televidentes.
Annette Oberlander, amiga cercana de Fritz, fue quien confirmó su deceso, desmintiendo información errónea que circulaba sobre su edad. “Tenía 60 años, no 58 como afirmaban algunos sitios web”, aclaró Oberlander, añadiendo que estuvo junto a él en sus últimos momentos, al igual que Wolfe, con quien compartió pantalla durante más de una década.
Wolfe expresó su tristeza en redes sociales, dedicando unas emotivas palabras a su compañero: “Lo mismo fuera de cámara que dentro, Frank tenía una manera de llegar a los corazones de tantos simplemente siendo él mismo”, escribió en Instagram, lamentando la pérdida de su amigo y colega.
Frank Fritz era particularmente atraído por juguetes antiguos, y siempre demostraba un buen humor a la hora de cerrar tratos. Bromeaba con los vendedores mientras negociaban precios, lo que lo convirtió en una figura carismática para los fanáticos del programa.
En su larga trayectoria en Cazadores de tesoros, Fritz y Wolfe lograron descubrir objetos notables. Uno de los más memorables fue una vieja furgoneta destartalada encontrada en un bosque de un pequeño pueblo en Massachusetts. El vehículo resultó ser parte de la historia de la legendaria banda Aerosmith, quienes utilizaron la camioneta para realizar giras antes de convertirse en un fenómeno mundial capaz de llenar estadios.
A pesar del éxito y la fama que el programa le brindó, la vida de Frank Fritz estuvo marcada por complicaciones de salud en los últimos años. En 2022 sufrió un derrame cerebral del cual nunca pudo recuperarse del todo, lo que afectó significativamente su calidad de vida. Según Annette Oberlander, el mayor legado que Fritz deja atrás es la inmensa cantidad de amistades que forjó a lo largo de su vida. “Deja atrás una cantidad increíble de amistades porque eso era lo más importante para él. Amistades íntimas”, declaró.
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