Este martes comienza el 79.º periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, con la participación de líderes mundiales bajo el tema «No dejar a nadie atrás: actuar codo a codo para promover la paz, el desarrollo sostenible y la dignidad humana en favor de las generaciones presentes y futuras».
En el evento, jefes de Estado y de Gobierno analizarán soluciones para afrontar desafíos globales interrelacionados que amenazan la paz, la seguridad y el desarrollo sostenible.
Durante la apertura, el secretario general de la ONU, António Guterres, solicitó «que Líbano no se convierta en otra Gaza» y repudió el genocidio en marcha perpetrado por Israel.
«Gaza es una pesadilla permanente que amenaza con arrastrar a toda la región en el caos, empezando por Líbano», dijo ante los mandatarios y representantes de los 193 países de la ONU.
Y señaló: «el estado de nuestro mundo es insostenible» y que «no podemos seguir así».
En su discurso, António Guterres denunció que el 1 % más rico del mundo controla el 43 % de los activos financieros globales, mientras que muchos gobiernos siguen otorgando privilegios fiscales a grandes empresas y fortunas.
Estas políticas, criticó el secretario general de la ONU, se traducen en menos inversiones en sectores esenciales como la salud, la educación y la protección social, en una aparente alusión a las políticas fiscales de Estados Unidos.
El secretario general de la ONU también subrayó la resistencia al cambio de quienes ostentan el poder político y económico.
Les advirtió que, si no se impulsan reformas, la fragmentación será inevitable y las instituciones globales perderán legitimidad, credibilidad y eficacia, profundizando las divisiones sociales y económicas.
En cuanto a la crisis climática, lamentó que mientras las compañías petroleras continúan acumulando fortunas a través de subsidios, son las personas comunes quienes soportan las consecuencias de los desastres climáticos.
Aunque el mundo empieza a entender que el futuro está en la energía limpia, la transición rápida hacia ese modelo aún está lejos de ser una realidad.
Finalmente, Guterres expresó su preocupación sobre la concentración de poder en manos de unas pocas empresas tecnológicas en el campo de la inteligencia artificial (IA).
Sin un control global adecuado, advirtió, la humanidad podría enfrentar lo que denominó “la Gran Fractura”, una división tecnológica que aumentaría la desigualdad y pondría en riesgo la estabilidad global.
El presidente de Brasil, Inácio Lula da Silva, será el primer orador de la mayor cumbre a nivel internacional que se extenderá hasta el próximo 30 de septiembre.
Durante esta semana, se celebró también la Cumbre del Futuro, que puso sobre la mesa las medidas necesarias para avanzar hacia los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, con énfasis en el fortalecimiento de la colaboración multilateral.
La Asamblea General de este año se da en un contexto global de tensiones por conflictos internacionales, crisis climáticas y el aumento de las desigualdades, lo que resalta la urgencia de tomar medidas conjuntas para garantizar un futuro más justo y equitativo para todos.
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