La escasez de agua potable en Birmania (Myanmar) amenaza con agravar la situación en el país, devastado por el terremoto de magnitud 7,7 del viernes, que ha dejado más de 2.000 muertos y miles de heridos, así como hospitales con daños estructurales y sobrecargados de pacientes.
Agencias de Naciones Unidas y la organización Médicos sin Fronteras (MSF) subrayaron este martes que la falta de agua limpia en el contexto birmano actual, con miles de personas durmiendo a la intemperie cerca de cadáveres que siguen en las calles, aumenta los riesgos de propagación de infecciones y enfermedades.
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