El venezolano Luis Arráez ha escrito con tinta dorada una página más en la rica historia del beisbol de Grandes Ligas.
Al culmino de la temporada regular este domingo, obtuvo su tercer título de bateo de manera consecutiva –segundo en la Liga Nacional- y con su tercer equipo distinto con un average de .314; un hecho inédito y que realza aún más su condición como el rey de la disciplina y el contacto. Tres coronas ya son argumentos más que suficiente para ratificarlo.
La lucha no fue fácil para el criollo de los Padres de San Diego, que tras golpearse la rodilla corriendo hacia el plato hace una semana, tuvo evidentemente una merma en su físico; eso sumado a que viene jugando desde hace dos meses con un ligamento roto en uno de sus dedos.
La situación fue similar a la de 2022, incluso 2023. En ambas campañas acarreó padecimientos físicos en la recta final. Y en esta ocasión, se sumó un mini bache que, influido por esos problemas físicos, complicó todo para el venezolano. Sin embargo, sacó la casta en el último fin de semana, para terminar, dejando atrás al dominicano Marcell Ozuna y al japonés Shohei Ohtani.
Fuente: Líder
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