LUIS HERRERA CAMPINS

                                                 Por Eduardo Fernández

Hace algunos días se conmemoró un aniversario del fallecimiento del Presidente Luis Herrera Campins. El próximo año será el centenario de su nacimiento.

Luis Herrera fue un gran venezolano, Un gran parlamentario. Un gran político. Ejerció la Presidencia de Venezuela con dignidad y con sobriedad. Fue un dirigente político de vasta cultura. Estuvo exilado de Venezuela en tiempos de la dictadura de Pérez Jiménez y aprovechó el exilio para ampliar su formación intelectual y su cultura.

Desde el exilio escribió un famoso ensayo llamado “Frente a 1957”, en el que planteaba la necesidad de concurrir a las elecciones ordenadas por la Constitución de 1952 y no caer en la tentación de la abstención. En ese mismo ensayo recomendaba la unidad de las fuerzas opositoras para enfrentar al régimen dictatorial y la necesidad de presentarnos unidos alrededor de una candidatura única que, a su juicio, debía ser la de Rafael Caldera.

Una de las características humanas que se le reconoce a Luis Herrera es su integridad personal y su honestidad a toda prueba. Le correspondió, como Presidente de la República, administrar un importante ingreso fiscal en la historia de la República. Eso fue a consecuencia del aumento de los precios del petróleo, a raíz del derrocamiento del Sha de Irán. Herrera salió de la Presidencia de la República tan pobre o más pobre de lo que había entrado.

A lo largo de mi carrera política tuve, con Luis Herrera, muchas coincidencias y algunas discrepancias. Las coincidencias fueron mucho más que las discrepancias.Tal vez estas últimas son más recordadas que las primeras. Hoy prefiero concentrarme en las coincidencias más que en la discrepancias.

Pensar en Luis Herrera es pensar en un Político de alto nivel: un hombre culto, un patriota amante de su país y de su pueblo, un intelectual prestado a la política, un estadista con gran sentido del humor. Un gobernante sencillo que además siempre estuvo muy cerca de la gente, de los ciudadanos, del pueblo. Un jefe de familia ejemplar.

Un gobernante de gran integridad y de insobornable honestidad. Un gobernante que dejo una obra importante en todos los rincones de la geografía nacional. Especialmente en las comunidades más pequeñas y más modestas. Será siempre recordado por su bonhomía, por su sencillez, por lo oportuno de su refranes y por su consecuencia con sus ideales.

Hoy rindo homenaje a la memoria del gran venezolano, del gran político, pero, sobre todo, de la gran persona humana que fue Luis Herrera Campins.