Según un medio internacional, la muerte de Matthew Perry en el año 2013, fue producto de los efectos agudos de la anestesia y un posterior ahogamiento.
Después de 11 años, uno de los doctores que atendía a Perry, Mark Chávez, se declaró culpable por la muerte del actor ante el tribunal en Los Ángeles.
Su declaración como culpable forma parte de un acuerdo con los fiscales durante la audiencia, que lo mantendrá enfrentando hasta 10 años de prisión.
A Chávez se le acusa de suministrar al Dr. Salvador Plasencia, quien también es uno de los acusados en el caso de Perry, la ketamina, un componente utilizado para pacientes con depresión y también se maneja de forma ilegal como “droga recreativa”.
Los documentos judiciales aseguran que este componente era suministrado a través de recetas médicas fraudulentas.
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