Danelo Badell, uno de sus más grandes solistas de la gaita, murió la mañana de este jueves 21 de noviembre en Maracaibo. Estuvo hospitalizado desde inicios de mes.
Estaba por cumplir, el 26 de noviembre, 74 años. El hijo de Juvenal Badell y Alicia Aurora Galué de Badell, dedicó desde muy joven su vida al ritmo pascuero.
Fue técnico en telecomunicaciones y en 1968 debutó en la gaita con el conjunto Lagomar.
«Un merengue en la mañana/Sabroso dominicano/No me hace bailar, mi hermano/Como una gaita zuliana» (Prefiero mi gaita).
Varias agrupaciones contaron con su talento, alegria y jovialidad con la que se ganó al público. Cantó con Tropicales del Éxito, Santanita, Cardenales del Éxito, la Universidad de la Gaita, Gran Coquivacoa y Gaiteros de Pillopo, entre otras.
«A nadie le envidio nada/ pues papá Dios todo me lo ha dado/Mi familia, mis amigos y el haber nacido en este estado/A nadie le envidio nada pues papá Dios todo me lo ha dado/ Mi familia, mis amigos y el haber nacido en suelo zuliano» (Las cosas buenas).
La conexión que alcanzó con sus seguidores gaiteando con Los Chiquinquireños fue grande y su vozarrón era muy esperado el día de la Bajada. Presidió el Instituto Municipal de la Gaita Ricardo Aguirre.
Danelo Badell formó un hogar al lado de su amada Deysi y fueron padres de Danelo y Danielita, a quien acostumbraba a nombrar y dedicarle sus temas.
Con su voz sembró en la mente y en el corazón de miles de personas temas como Déjenmela así, La negra Cocoa Coa, La piñata, Los remedios, Ambiente de Pascua y Porque te quiero.
Tras la muerte de Astolfo Romero dio su voz a «Toda una vida». Con la letra de Wolfang Romero también Danelo Badell será recordado: «Qué misión tan hermosa/ le encomendó Dios al gaitero/ Llevar a toda costa por sobre todo/ la gaita al pueblo/ Si es preciso la vida/ la vida la daría/ por verte siempre erguida/ grandiosa gaita mía».
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