En la Reunión Extraordinaria de la ALBA-TCP, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, desplegó una agenda regional centrada en derechos migratorios, soberanía agroalimentaria y transporte humanitario, mientras denunció una «trama corrupta» vinculada a opositores y agencias estadounidenses como la USAID.
Durante su intervención en la cumbre extraordinaria del bloque regional ALBA-TCP (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, presentó una serie de iniciativas para abordar la crisis migratoria en América Latina.
Entre ellas destacó la creación de un fondo en el Banco del ALBA, destinado a apoyar el retorno seguro y la reintegración productiva de migrantes a sus países. «Exigimos respeto a sus derechos humanos y el cumplimiento de estándares internacionales», afirmó, vinculando el tema a una investigación contra redes de tráfico de personas que operan con fines políticos.
El presidente Maduro cargó contra figuras como Juan Guaidó, Leopoldo López y Lilian Tintori, a quienes acusó de liderar una «inmensa corruptela» con fondos de organismos como la USAID.
El mandatario anunció avances concretos para fortalecer la independencia económica de la región: se refirió a la adquisición de un barco refrigerado y un avión de carga bajo propiedad colectiva del ALBA, destinados al transporte de alimentos y ayuda humanitaria. «Recuperamos lo que nos robaron: el avión del ALBA fue destruido», señaló, en alusión a un conflicto previo con Estados Unidos.
También se refirió a los planes para integrar líneas aéreas y crear una flota pesquera regional, junto con la propuesta Alba Azul sobre acuicultura y pesca sostenible, impulsada por el ministro venezolano Juan Carlos Loyo. Finalmente, propuso la organización de una Feria AgroALBA en países como Nicaragua, Cuba o Bolivia, para promover inversiones en producción alimentaria.
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