¿Qué tiene que ver la inteligencia artificial con la política energética? Hoy en día todo está conectado, algo que el presidente y sus aliados no entienden
Entiendo que Donald Trump fue elegido para gestionar mejor nuestras fronteras y frenar el wokeismo de izquierdas. Pero no se hagan ilusiones: El wokeísmo de derechas de Trump -impugnar los vehículos eléctricos y las energías renovables porque no se ajustan a la ideología MAGA y no son lo suficientemente varoniles- está tan desprovisto de sentido común y ni remotamente redunda en el interés nacional como cualquier wokeísmo cultural de izquierdas.
Ni siquiera va en interés de su propia base: los cinco estados con mayor proporción de energía eólica en Estados Unidos son republicanos. Generan al menos un tercio de su energía a partir del viento. Esto es geografía, no política: los distritos rurales del centro de Estados Unidos tienen el mayor potencial de energía solar y eólica. Lo saben y lo están aprovechando, aunque voten a los republicanos.
Y lo que es más importante: si el grito de guerra de Trump de “todo a los combustibles fósiles, taladra, nene, taladra” -en los albores de esta era de inteligencia artificial, vehículos eléctricos, baterías y coches autónomos– se convierte realmente en nuestra estrategia, no hará a Estados Unidos grande de nuevo. Pero sin duda ayudará a que China vuelva a ser grande.
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